jueves, 29 de junio de 2017

Los 10 puntos del Card. Schneider para el enriquecimiento de la Misa (novus ordo).

Como parte del enriquecimiento entre las dos formas del rito romano que deseaba Benedicto XVI cuando promulgó el motu proprio Summorum Pontificum hace diez años, el Card. Schneider ha propuesto los siguientes puntos para la nueva forma ordinaria de la Misa:

1. El Sagrario debe ponerse en el centro del presbiterio . El Sagrario es el signo que indica y contiene la Presencia Real de Cristo, y debiera por lo tanto estar más cerca del altar y constituir con éste la señal central más importante que apunta al misterio Eucarístico. El Sacramento en el Sagrario y el Sacrificio en el altar no debieran oponerse ni separarse, sino estar ambos en el lugar central del presbiterio y próximos el uno al otro.

2.Durante la liturgia eucarística –al menos durante la Plegaria Eucarística- en que Cristo, el Cordero de Dios, es inmolado, tanto el sacerdote como  los fieles deberían tener una misma orientación  “Ad Orientem”, los fieles  no debieran ver el rostro del sacerdote. Aun los serafines se cubren el rostro (Isaías 6, 2) cuando adoran a Dios. Por el contrario, el rostro del sacerdote debiera estar vuelto hacia la cruz, ícono de Dios crucificado.

Papa Francisco celebrando Ad Orientem

3. Debiera haber más signos de adoración durante la liturgia, específicamente genuflexiones.

4. Los fieles que se acerquen a recibir al Cordero de Dios en la comunión debieran saludarlo y recibirlo con un acto de adoración, arrodillándose. ¿Qué momento en la vida de los fieles es más sagrado que éste de su encuentro con el Señor?

5. Debiera haber más espacio para el silencio en la liturgia, especialmente en aquellos momentos que expresan más plenamente el misterio de la Redención. En particular, cuando el sacrificio de la cruz se hace presente en la Plegaria Eucarística.

6. Debiera haber más signos exteriores que muestren la dependencia del sacerdote respecto de Cristo, entre los signos apropiados están:
El besar el altar antes de saludar a los fieles y para dar la bendición, con esto se indica que ese amor fluye no del sacerdote sino del altar. Inclinarse (al nombre de Cristo) ante la cruz del altar para indicar que Cristo es más importante que el sacerdote.

7. Debiera haber más signos que expresaran el insondable misterio de la Redención. Esto podría lograrse mediante el gesto de cubrir los objetos litúrgicos con un velo, porque el velar es un acto de la liturgia de los ángeles. Ejemplos:

  • velar el cáliz
  • velar la patena con el velo humeral
  • velar el corporal
  • velar las manos del obispo cuando celebra solemnemente 
  • velar el altar con la reja del comulgatorio.

También signos, signos de la cruz hechos por el sacerdote y por los fieles ejemplo
En la antigua liturgia los fieles se persignaban tres veces, en el Gloria, en el Credo y en el Sanctus. Todas estas son expresiones del misterio.

Subdiácono velando la patena

8. Debiera haber también en el lenguaje una señal continua que exprese el misterio, lo que se consigue mediante el uso del latín. Éste es la lengua sagrada que exigió el Concilio Vaticano II para la celebración de cada Santa Misa. En todo lugar debiera siempre decirse en latín al menos una parte de la Plegaria Eucarística.

9. Todos quienes tienen alguna función en la liturgia, como los lectores, o los que se encargan de la oración de los fieles, debieran estar siempre revestidos con ropajes litúrgicos. Y debieran ser sólo varones, no mujeres, porque actúan en el presbiterio, cerca del sacerdocio. Incluso el leer las lecturas apunta hacia esta liturgia con la que celebramos a Cristo. Y por lo tanto, sólo varones revestidos con ropajes litúrgicos debieran estar en el presbiterio.

10. La música y los cantos durante la liturgia debieran reflejar más fielmente el carácter sagrado y debieran asemejarse al canto de los ángeles, como el Sanctus, para que se pueda cantar a una voz con los ángeles. Pero no sólo el Sanctus, sino la Misa entera. Hace falta que el corazón, la mente y la voz del sacerdote y los fieles se dirijan hacia el Señor. Y esto debiera manifestarse también por signos exteriores y gesto

Velación de la Patena: https://liturgiacatolicard.blogspot.com/2016/12/liturgia-catolica-rd-la-velacion-de-la.html

Documento Summorum Pontificum: https://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/motu_proprio/documents/hf_ben-xvi_motu-proprio_20070707_summorum-pontificum.html

Fuentes: http://asociacionliturgicamagnificat.blogspot.com/2017/06/monsenor-schneider-y-la-renovacion-de.html

jueves, 1 de diciembre de 2016

Liturgia Católica RD: La velación de la patena


La velación de la patena


Una ceremonia que puede intrigar a quien asiste por primera vez a una Misa solemne, y que consiste en la velación de la patena con el humeral a partir del ofertorio por parte del subdiácono.

Velación de la patena /Subdiácono 

En las Misas Solemnes de la Forma Extraordinaria del Rito Romano, durante el canon, el Subdiácono (Orden menor) cubre la patena con el velo humeral, de tal manera que la lleva delante tapando su cara. 
Los grandes autores enseñan que esto se da porque el subdiácono representa el antiguo testamento, que no vio el verdadero sacrificio solamente sus figuras ya que tenían velado el misterio de la Redención y de la consumación de la Ley y Profetas, que sólo se alcanza con la venida de Cristo (Mt. 5, 17). 


Joseph Ratzinger (Benedicto XVI)  cuando era Subdiácono

Sin embargo, su origen histórico parece encontrarse en la antigua práctica de las ofrendas al templo. Los fieles, en efecto, presentaban panes que los subdiáconos recogían en unas vasijas denominadas «patenas» (patĕne). Reservada la parte necesaria para la consagración, los diáconos llevaban lo restante a la sacristía, para ser repartido a los pobres; luego regresaban con las patenas envueltas en paños, para que sirvieran en la distribución de la Eucaristía.

Fuente: http://vetusordomissae.blogspot.com/

jueves, 27 de octubre de 2016

Liturgia Católica RD: Misa Pontifical, revestido desde el altar





En la forma extraordinaria se prescribe que en la Misa Pontifical Solemne, el obispo ingresa al templo vestido con hábito coral y capa magna, y llegado al trono o cátedra, le retiren la capa y los acólitos lo van revistiendo con los ornamentos que le traen desde el Altar

Ilustración: Obispo luciendo capa magna roja, reza, arrodillado en un reclinatorio, recogido sobre sí mismo, antes de revestirse con los ornamentos que están preparados sobre el altar.